¿Podría un meteorito borrar a la humanidad, y ya de paso a todo bicho
viviente, de la faz de la Tierra? ¿Y un virus? ¿Cómo es Marte, un
planeta tan cercano al nuestro y a la vez tan vertiginosamente lejano?
Y, más difícil todavía, ¿quiénes somos y de dónde venimos? Todas estas
cuestiones, en apariencia rayanas con la metafísica, tienen en realidad
respuestas empíricas y medibles. El cine, en su infinita y prolija
fagocitación de temas y argumentos de todas las procedencias, las ha
hecho suyas en numerosas ocasiones.
Los productos resultantes están muchas veces a medio camino entre la
ciencia y la ficción, aunque siempre hay hechos objetivos que se pueden
aprender. Eso sí, siempre con ojo crítico. Si no se cuenta con la
formación adecuada, para eso está la divulgación: de ahí surge la
propuesta que acoge la sede de Cosmocaixa en Alcobendas, en Madrid, el encuentro Del cosmos al celuloide. La astrobiología a través del cine
(del 17 de octubre al 12 de diciembre), un ciclo de conferencias en el
que, a través de extractos de películas, invitan a descubrir las
conexiones entre el universo y la vida.
La idea en sí –explicar la ciencia a través del cine-, no se ha
inventado ahora. “Lo que sí es original es cómo vamos a ofrecerlo”,
señala Jesús Martínez Frías, Jefe del departamento de Planetología y
Habitabilidad del Centro de Astrobiología del CSIC, que moderará la charla Meteoritos: Mensajeros del espacio y riesgos de impacto
(el 12 de diciembre). “En lugar de pasar una película y comentarla,
vamos a conectar las redes sociales con la ciencia y la divulgación”.
En un canal de Youtube
especialmente habilitado para la ocasión, se han colgado fragmentos de
un buen número de películas de variadas procedencias temporales y
espaciales que aluden a cuestiones relacionadas con la astrobiología, la
rama de la biología que aborda el origen y la evolución de la vida en
el contexto del universo: desde La novia de acero (Gordon Douglas, 1952) a El árbol de la vida (Terrence Malick, 2011), pasando por Mars Attacks (Tim Burton, 1996), Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993) o 28 días después
(Danny Boyle, 2002). Esos mismos fragmentos de las películas se pasarán
también en las fechas convocadas, cada una ajustada a una temática
diferente, para a partir de ellos abrir un debate entre asistentes y
expertos.
Además de científicos de formación, participarán divulgadores e
investigadores, como Miguel Ángel Sabadell, editor de la revista Muy Interesante.
“Se trata de conectar un tema desde sus diferentes perspectivas, no de
dar clases magistrales”, puntualiza Martínez Frías. Una propuestas como
esta, pergeñada entre la Asociación Española de Cine e Imagen Científicos
y el Centro de Astrobiología del CSIC, no tiene parangón en el pasado.
“Y Cosmocaixa nos parece el foro perfecto para presentarla”, añade el
científico.
El día de su intervención, Martínez Frías hará uso de trozos de filmes como Deep Impact (Mimi Leder, 1998) o Los monstruos de piedra
(John Sherwood, 1957). “Todas estas películas tienen algo de real. Por
ejemplo, el riesgo de impacto existe: solo hay que ver cómo la luna está
llena de cráteres”, explica. “En la Tierra hay más de 150 impactos
contabilizados, pero debido al poco tiempo que el hombre lleva
poblándola desde su origen, no hemos sido testigos de esos grandes
impactos”. ¿Y qué hay de los dinosaurios? “Un meteorito cayó en la zona
del Golfo de México en el límite del periodo Cretácico-Terciario [hace
unos 65 millones de años]”, concluye, “pero no se sabe si finalizó algo
que ya había comenzado -la extinción de los grandes saurios- o si, por
el cambio climático que ocasionó, inició algo que iba a finalizar”.
Vía: El País, 11/10/2012
F:http://cultura.elpais.com/cultura/2012/10/11/actualidad/1349983841_876848.html
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