Cuaderno de bitácora del Curso de extensión universitaria organizado por el Departamento de Antropología Social y Cultural de la UNED en el centro asociado de Las Palmas de Gran Canaria.
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África se dibuja en el Festival de cómic de Angulema
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Un excelente reportaje de la pluma de Alberto García. No se lo pierdan. El cómic como medio de masas nace a principios del siglo XX en...
4 comentarios:
Me encantó y me fascino el estudio y la presentación de este tema, un tema tabú que se asocia más a la locura que a la naturaleza misma del ser, donde la religión y el contrato social aparta los deseos de dominación más primitivos y naturales del ser. También muy interesante las crónicas históricas que describen el canibalismo y que este crimen tan abominable no este recogido como delito.
Me encantó y me fascino el estudio y la presentación de este tema, un tema tabú que se asocia más a la locura que a la naturaleza misma del ser, donde la religión y el contrato social aparta los deseos de dominación más primitivos y naturales del ser. También muy interesante las crónicas históricas que describen el canibalismo y que este crimen tan abominable no este recogido como delito
Me encantó y me fascino el estudio y la presentación de este tema, un tema tabú que se asocia más a la locura que a la naturaleza misma del ser, donde la religión y el contrato social aparta los deseos de dominación más primitivos y naturales del ser. También muy interesante las crónicas históricas que describen el canibalismo y que este crimen tan abominable no este recogido como delito
Creo que Ángeles Mateo "hizo trampas". Quiero decir con ello que su tema dio que hablar entre los que estábamos conectados, lejos de las Islas, porque la polémica estaba servida. Y allí se concentraba una temática tan diversa que era difícil saber si habíamos salido o no de la viñeta. Pero como hemos de concebir esta materia como imagen, en sentido laxo, vimos algunas que no necesitan de palabras. Y, de igual modo que a algunos siempre les quedará París, a nosotros siempre nos quedará Hannibal Lecter mientras sorbe -los labios ensangrentados- el recuerdo de un pedazo de carne humana.
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